Lo de como elijo las pelis para publicar podría dar como para escribir una enciclopedia, desde los títulos sonoros que llaman mi atención a críticas sobre truñetes que voy rebuscando por todos lados. Así me encontré una anteayer por youtube, una que debe ser poco conocida, considerada como cutrísima, y además de golpisas surtidas...
No la podía dejar pasar, asi que localicé el bluray, se ripeó pa ustedes y aquí ya está:
The King of Fighters (2010).El rey de los luchadores dice el titulico, ¡bwajoajoajoa!
En cuanto al argumento es una especie de mezcla entre Matrix y Mortal Kombat, pero contado al mejor estilo de Battlefield Earth. "The King of Fighters" nos plantea un universo en el que a través de una
especie de sonotones de chichinabo, la gente puede aparecer en otra dimensión
adquiriendo automáticamente un disfraz cutre. El objetivo de estos
viajecillos es pegarse de hostias con otro "contrincante", claro que
todo se complica cuando el señor Rugal (que es el maloso) se despierta con
ambiciones de dominar el mundo y roba varios artefactos mágicos que le
harían muy poderoso.
En cuanto a la peli en si, lo primero que hace esta cosa, que está basada en un famosete videojuego, es cabrear a los fanes de dicho jueguico, todos y cada uno de los personajes procedentes del juego original son malamente metamorfoseados y no los reconoce ni su santa madre. Como ejemplo, una luchadora de generosas aldabas en el juego es encarnada por una actriz que parece oriunda de Castellón de la Plana (ya me entendéis). Hay personajes que cambian de raza al hacerse adultos, un joven camionero muta a madero carrozón, otro famoso por su flequillo pelirrojo ni tiene flequillo ni es pelirrojo... Y así todo.
Podría haber funcionado si todo el nuevo movidón hubiese tenido sentido y fuese divertido, pero de eso nada. Todo es un dislate, las escenas de acción parecen rodadas por un pulpo ciego, y los diálogos para besugos campan a sus anchas por toda la peli. Un verdadero desastre. Y para rematar la faena el director se empeña en rodar montañas de escenas como si fueran fotos de la Torre de Pisa. Hay gente que dice por ahí que Uwe Boll con la quinta parte del presupuesto lo habría hecho infinitamente mejor.
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