lunes, 10 de abril de 2023

Ligar es ser agil.

 Con un filosófico palíndromo empiezo la sesión vampírica de hoy, y vamos a traer una de amores y chupagaznates, la muy celebrada:


El gran amor del Conde Drácula (1973).

Nos cuenta que cuatro mujeres asazmente jamonas y un hombre deciden refugiarse de la noche en un castillo. Por desgracia para ellos, el propietario del castillo, el Dr. Marlow resulta ser el mismísimo Conde Drácula que busca novia con desespero.. 

¿Qué tendrán estas chicas que vuelve loco al Conde?


Hoy estoy mu vago y os colaré una crítica de filmaffinity:

Con ese tono casposo que inunda gran parte de las películas del fantaterror, que mezcla una cinta de terror de bajo presupuesto con el cine de destape habitual de la época, El Gran Amor del Conde Drácula ofrece un entretenimiento desenfadado sin mayor pretensión, que da lo que promete de principio a fin. Su escueto metraje de tan solo 85 minutos de duración, consigue hacerse bastante corto, aunque si uno no sabe a lo que va, posiblemente se decepcione, pues realmente poco tiene de Drácula este film. Las actuaciones no destacan, primando más la belleza de las actrices que su talento interpretativo, y el guión, es una mera excusa en servicio de que el vampiro de turno haga de las suyas.

El Gran Amor del Conde Drácula es una explotación de un gran clásico de la Hammer, que lleva sobre sí el particular sello del cine de terror español de la época, con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva.

Otro nos cuenta que:

La cruda dirección de Javier Aquirre puede carecer de gracia y sutileza, pero cumple con su cometido: hay mucha atmósfera espeluznante y brumosa, declamaciones patateras, actrices voluptuosas que se desnudan con una frecuencia muy agradecible (Rossana Yanni, Mirta Miller y Mirgrid Garbo están todas absolutamente deslumbrantes como mortíferas pero tentadoras chupasangres que atacan a sus víctimas con feroz desinhibición), una fotografía escabrosa y sórdida, una cantidad adecuadamente abundante de sexo y violencia mugrosamente gráficos, unos cuantos sustos baratos y bobalicones (un gato negro que salta de detrás de una puerta), una espeluznante partitura muy cavernaria y un ritmo hipnóticamente lento. Es cierto que esta película no es una obra de arte excepcionalmente sofisticada, pero no deja de ser una disfrutable pieza de cine cutre de terror europeo.

Como suelo decir al llegar a esta parte de mis entradas, todo ello justifica la elección de la pieza de caza mayor que os traigo dentro del ciclo vampiril y por ello ya está emuleada como:

El gran amor del Conde Drácula (1973) - audio esp. eng. - Cutrefilms 2660.mkv


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